martes, 30 de septiembre de 2014

Cambio climático: 200 de negación

Si bien es cierto que nuestro planeta ha sufrido ciclos de calentamiento y enfriamiento a lo largo de su historia geológica producidos por causas naturales, los actuales procesos de Cambio Climático y Calentamiento Global tienen su origen en el siglo XVIII como consecuencia de la Revolución Industrial, que no solo incrementó la cantidad de gases de invernadero (dióxido de carbono, metano, oxido nitroso) en la atmósfera, sino que también aceleró la destrucción de ecosistemas a fin de contar con materias primas y tierras para la conquista colonial. Es decir, que el Cambio Climático comenzó junto con la expansión del capitalismo industrial en todo el planeta.
Por ello no es de extrañar que el primer debate en torno al tema se diera tempranamente a fines del siglo XVIII. Thomas Jefferson, que participó como representante del Estado de Virginia en la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos (1776) y mas tarde fue el 3º presidente del país entre 1801 y 1809, editó en 1799, mientras se desempeñaba como vicepresidente, un libro titulado Notes on the State of Virginia. Allí publicó los resultados de las mediciones climáticas que venía realizando desde el año de la Declaración de la Independencia, consignando todo tipo de fenómenos y anomalías climatológicas. Así llegó a la conclusión que “se está produciendo un cambio en el clima de manera notoria. Los inviernos son mucho mas moderados. Las nieves son menos frecuentes y menos copiosas. A menudo no se encuentran por debajo de las montañas mas de uno o dos días, y muy rara vez una semana. Los ancianos me cuentan que la tierra solía estar cubierta de nieve unos tres meses al año y los ríos que rara vez no se congelan en invierno, ahora casi nunca lo hacen. Este cambio ha producido fluctuación entre el calor y el frío, en la primavera de este año, lo cual es fatal para las frutas” (1).

Desde la recién creada Academia de Artes y Ciencias de Connecticut, el editor periodístico y escritor de textos escolares Noah Webster le respondió al vicepresidente Jefferson que sus mediciones no eran válidas por la dudosa precisión de los termómetros, el haber sido tomadas por una sola persona en lugares puntuales, y por apoyarse en creencias populares. Estaba de acuerdo en que la tala de bosques para convertirlos en campos de cultivo había producido un microclima más ventoso, pero el hecho de que se acumulara menos nieve en las tierras roturadas no significaba que estuviera cayendo menos cantidad de nieve de acuerdo al promedio nacional.
Webster negaba que la acción humana estuviera provocando un cambio climático, y su discurso terminó por imponerse durante 150 años.
En 1904 el sueco Svante Arrhenius pronosticó un cambio climático como consecuencia de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, pero le atribuyó consecuencias benéficas ya que crearía un clima planetario mas uniforme y estimularía el crecimiento de las plantas y la producción de alimentos. En 1938 el británico Guy Steward Callender discrepó con el optimismo de Arrhenius, pero no obtuvo eco en la comunidad científica convencida de que la gran masa de agua que ocupa dos tercios del planeta actuaría como sistema regulador por su capacidad absorvente de CO2 (2).
En 1958 el estadounidense Charles David Keeling instaló una estación meteorológica en el Monte Mauna Loa (Hawaii) para monitorear la concentración de CO2 en la atmósfera. Ese año los niveles rondaban los 316 partículas por millón (ppm), encima de las 280 registradas a comienzos de la Revolución Industrial. Esto significaba que desde fines del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX la temperatura del planeta había aumentado un promedio de 0,5º, lo cuál representaba graves consecuencias para algunas regiones.
A partir de la década de 1970 el problema del Cambio Climático empezó a ser debatido en diferentes foros. En 1977 el estadounidense Roger Revelle encabezó un panel en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, que encontró que el 40% del CO2 producido por la acción humana permanece en la atmósfera. Dos tercios de ese CO2 es resultado de la quema de combustibles fósiles (carbón, petroleo) mientras que un tercio proviene de la tala de bosques. El pronóstico era desalentador: si el calentamiento global continuaba el aumento de la temperatura produciría el derretimiento de los glaciares causando inundación y elevación del nivel del mar. En 1988 la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas crearon el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Pero tan pronto como comenzó a debatirse el problema del Cambio Climático en la comunidad científica y los foros internacionales, surgió todo una “industria de la negación” interesa en posicionar este tema como una teoría mas que como un hecho. Corporaciones petroleras, automotrices, metalúrgicas y empresas de servicios públicos -que son las principales responsables del aumento de la temperatura que estamos padeciendo- crearon grupos de presión tales como la Global Climate Coalition y el Consejo de Información del Ambiente, que rápidamente contrataron científicos y especialistas en relaciones públicas para convencer a periodistas, gobernantes y al público en general de que los riesgos del cambio climático son muy inexactos como para justificar políticas de regulación sobre los gases de invernadero.
Anualmente estas empresas gastan miles de millones de dólares en campañas negadoras del Cambio Climático y el Calentamiento Global. Las mismas recuerdan las adoptadas por el lobby del tabaco después de que comenzaran a publicarse estudios científicos que comprobaban que el cigarrillo causaba cáncer. De hecho podemos comprobar una gran similitud entre el lenguaje usado por Phillip Morris y el lobby climático, etiquetando como “ciencia basura” a quienes difunden resultados diferentes a los suyos a los que califican como “ciencia sólida”. Un informe publicado por The Guardian, señala que “estas organizaciones tienen una linea coherente en materia de cambio climático: que la ciencia es contradictoria, las científicos están dividido, los ambientalistas son charlatanes, mentirosos o locos, y si los gobiernos tomaran medidas para evitar el calentamiento global. Estarían poniendo en peligro la economía mundial sin una buena razón” (3). Las estrategias que utilizan estos grupos varían desde utilizar una selección de datos verídicos -como el enfriamiento de la tropósfera- para generalizarlos a todo el fenómeno, hasta la difusión de datos falsos o desactualizados.
En 2005 una investigación reveló que la petrolera británica Exxon Mobil financiaba a un grupo de investigadores para que elaborara informes que minimicen los efectos del Cambio Climático. Entre los beneficiarios se encontrarían la organización científica británica Scientific Alliance y el estadounidense Instituto George C. Marshall. Ambos publicaron en enero de ese año un informe que restaba importancia al Cambio Climático (4). Esta empresa es una de las que mas dinero invierte actualmente en campañas de negación.
Otros grandes donantes son los hermanos Charles y David Koch, propietarios de Koch Industries, dedicadas al negocio del petroleo, papel y productos químicos en mas de 60 países. Esta empresa tiene varias denuncias en los Estados Unidos por derrames de petroleo y vertido de productos químicos cancerosos en los ríos. En 2010 Greenpeace publicó un informe en donde probaba que esta empresa había donado $24.888.282 a organizaciones como American for Prosperity, Fraser Instituto, Independence Institute, American for Tax Reform o Federalist Society for Law and Public Policy Studies, que se oponen al reconocimiento del cambio climático, a las reformas de impuestos progresivas o a la universalización de la salud pública (5).
En 2013 el profesor Robert Brulle, de la Universidad de Drexel, publicó una investigación en donde identifica un muy buen organizado movimiento de negación que es apoyado por 118 entidades y que cuenta con un presupuesto de 1000 millones de dolares. Entre los donantes se encuentra la Exxon, junto con otras corporaciones y entidades “sin fines de lucro” ligadas a causas conservadoras como las fundaciones del Partido Republicano y el Tea Party de los Estados Unidos (6).
En abril de 2007 la Corte Suprema de los Estados Unidos reprendió a la administración de George W. Bush por no regular los gases de invernadero, dos meses después de que el vicepresidente Dick Cheney declarara que “puntos de vista conflictivos siguen estando acerca de la magnitud de la contribución humana al problema (del cambio climático)”. Son conocidas las conexiones entre el entonces vicepresidente con el lobby energético que incluye a Exxon, Conoco, British Petroleum y Shell, entre otras. Estas han influido para que Estados Unidos rechazara sistemáticamente el Protocolo de Kyoto, aprobado en 1997, para limitar las emisiones de CO2 a la atmósfera. Las mismas corporaciones –junto con industrias de otro sector como las alemanas Bayer y Basf- son las que financian las campañas de políticos estadounidenses de ambos partidos mayoritarios (el demócrata y el republicano) que niegan el cambio climático.
Pero además del sector energético hay otras industrias interesadas en negar el cambio climático debido a los beneficios económicos que le traería. Las asegurados podrían incrementar sus ganancias con el aumento de los desastres socio-naturales que se van a incrementar en los próximos años. Las empresas constructoras se beneficiarían construyendo casas adaptadas a los desastres y con sistemas de ahorro de energía. Las sequías cada vez más frecuentes en inmensas áreas del planeta serían una bendición para las compañías de agua que obtengan la concesión para trasladar un recurso cada vez más escaso, mientras que las grandes compañías agrícolas (Monsanto, Cargill, DuPont, Syngenta) podrían vender cultivos transgénicos resistentes a los cambios de temperatura y a las nuevas plagas. También hay grupos empresarios que especulan con la desaparición de especies, como los acaparadores de marfil que esperan la extinción de los elefantes para subir el precio del producto.
Estas empresas llegan incluso a utilizar argumentos de la izquierda o el progresismo, tales como que se quiere evitar que los países pobres utilicen combustibles fósiles compitiendo con los desarrollados, que se quiere obtener ganancias ilícitas a través de los impuestos al carbono, o que es otra forma de disparar una “histeria colectiva” para justificar políticas represivas o de control social. (7). Sin embargo no debemos caer en la trampa, ya que quienes difunden estos argumentos no están interesados en defender los derechos humanos, las libertades individuales o la justicia social, sino las ganancias de las empresas capitalistas explotadoras y contaminantes.
Pareciera ser que la campaña negadora viene cosechando buenos resultados. En 2010 se publicaron numerosos estudios sociológicos que muestran que el porcentaje de personas que niegan el Cambio Climático en los países occidentales se han incrementado en los últimos años. Según una encuesta realizada por la Universidad de Yale, el número de negadores en los Estados Unidos se duplicó en dos años llegando al 20%. En Gran Bretaña, ese mismo año, un 78% de los encuestados respondió afirmativamente a la pregunta “¿Cree usted que el clima está cambiando?” frente a un 15% que respondió negativamente, mientras que en el 2005 las cifras habían sido de 91 y 4% respectivamente. Ante una pregunta similar en Alemania, país de un importante movimiento ecologista, solo el 66% respondió afirmativamente frente a un 33% que lo negaba (8).
Pero mientras los grupos de presión continúan con la negación, el resto del mundo sufrimos los efectos del cambio climático. En 2003 el Banco Mundial, a quién nadie puede acusar de simpatías ecologistas o progresistas, reconoció que anualmente morían 150 mil personas como consecuencia de la crisis climática. Desde entonces ese número se ha incrementado como consecuencia de la multiplicación de los desastres climáticos: el huracán Katrina que asoló New Orleans en 2005, los incendios forestales en Australia y Bolivia en 2010, la inundación en Birmania ese mismo año, la sequía que en Somalia mató a 100 mil personas en 2011, las diversas inundaciones que se registraron en Argentina entre 2007 y 2013, y el reciente tifón Haiyan en Filipinas que en diciembre de 2013 causó la muerte de 10 mil personas, son un ejemplo de las consecuencias que estamos viviendo.
Las víctimas de este crimen brutal del capitalismo contra el planeta son en su mayoría pobres, y los sobrevivientes quedan en una situación de carencia y desamparo que los convierte rápidamente en marginados o en mano de obra desesperada que es fácilmente explotable.
El 9 de mayo de 2013 se rebasó la cifra de 400 ppm de CO2 en la atmósfera y, en palabras de Renán Vega Cantor, la humanidad “da un salto hacia lo desconocido, a un punto de no retorno” (9). La poca cobertura mediática de esta noticia muestra el poder que los negadores tienen en los grandes medios concentrados. Al mismo tiempo el capitalismo continúa incentivando la producción y el consumo de “necesidades” ficticias creadas con ánimo de lucro, la explotación de minerales y combustibles fósiles con técnicas cada vez mas contaminantes (minería a cielo abierto, hidrofractura o fracking, uso de cianuro, explotaciones en el fondo marino), la tala de bosques, el consumo de carne, y la agricultura intensiva con agrotóxicos y transgénicos.
En definitiva, la negación del cambio climático tiene como objetivo salvar al sistema capitalista que lo produjo. A diferencia de lo que sostienen algunos movimientos ecologistas, ambientalistas o seguidores de Al Gore, no es posible pensar un “capitalismo verde”. El afán de lucro permanente del sistema lleva necesariamente a la depredación de los ecosistemas, y el respeto a los ciclos de la naturaleza generaría un enlentecimiento de las ganancias que la burguesía no está dispuesta a tolerar. Como es el capitalismo el culpable del Cambio Climático, la pérdida de biodiversidad y el agotamiento de los bienes comunes, la solución a los problemas ambientales no va a venir de adentro de sus entrañas.
La actual lucha contra el cambio climático y el calentamiento global implica emprender necesariamente una lucha de clases contra el sistema capitalista explotador del ser humano y la naturaleza. Solo a través de un nuevo sistema basado en la solidaridad y la igualdad podremos llevar adelante la reconversión hacia fuentes de energía limpias y renovables, una forma de producción que respete los ciclos naturales, y un estilo de vida que no esté basado en el lucro y el consumismo desmedido.

Notas:
(1) Sanz, Javier; “En 1799 se produjo el primer debate sobre el Cambio Climático”, en Historias de la Historia,www.historiasdelahistoria.com, 23 de octubre de 2011.
(2) Delgado Castillo, Rolando y Perez Marchena, Rafaela; “El calentamiento global y sus consecuencias se debaten en la comunidad científica desde fines del siglo XIX”, en: www.galeon.com/cienbas
(3) Monbiot. George; “The denial industry”, en The Guardian, 19 de septiembre de 2006.
(4) Mehler; “Exxon para a científicos para que resten importancia al Cambio Climático”, en Rebeliónwww.rebelion.org, 01 de febrero de 2005.
(5) Se puede consultar el informe de Greenpeace; Koch Industries: la oscura financiación del negacionismo climático, en:http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/cambio_climatico/100421-2.pdf
(6) Valencia Restrepo, Darío; “Cambio Climático: evidencia y negación”, en El Mundowww.elmundo.com, 27 de diciembre de 2013.
(7) Basta con colocar en el buscador “el fraude del cambio climático” para encontrar cientos de estos argumentos.
(8) Heras Hernández, Fransisco; “Negacionistas, refractarios e inconsecuentes. El difícil reto de reconocer el Cambio Climático”, en EcoPortalhttp://www.ecoportal.net, 21 de marzo de 2012.
(9) Vega Cantor, Renan; “La peor noticia de 2013: los niveles de carbono superan los 400 ppm y el salto de la humanidad a lo desconocido”, en Rebelionwww.rebelion.org, 9 de enero de 2014.
Luciano Andrés Valencia es escritor, autor de La transformación interrumpida (2009) y Páginas socialistas (2013), además de numerosos artículos en medios de prensa y libros colectivos. Contacto: valencialuciano@gmail.com.

Por esta razón dejo que mis hijos me vean desnuda

Mis hijos me ven desnuda prácticamente a diario.  Me ven cuando voy a entrar a bañarme, me ven cuando salgo a la habitación a cambiarme, entran a la ducha mientras me baño y hasta creo que ya ésa es oficialmente su ocasión favorita para llevarme el pleito armado.

Han pasado por las etapas de verme sin ni siquiera notar que estoy desnuda, luego preguntarme que por qué no tengo pene, luego se han quedado mirándome fijamente con los ojos pegados a mis senos, hasta la etapa en que está el mayor ahora en que verme desnuda le da cierto tipo de risa.
Pronto vendrá en la que me digan: ¡Mamá por Dios ponte ropa que no es necesario!
No se vayan a creer que yo soy el exhibicionismo y la seguridad en persona pues ni cerca de eso, de hecho, como la gran mayoría de las mujeres me veo llena de defectos físicos y cosas qué “arreglar” pero, una vez mis niños nacieron y empezaron a crecer, tomé la decisión consciente de no contaminarlos a ellos con mis propios complejos.
Quiero que mis hijos tengan una imagen positiva de sí mismos, que se acepten tal cual son, que se sientan cómodos en su propia piel y ese planteamiento que yo misma me hice me reta a liberarme de muchas ideas erróneas sobre cómo debe ser el cuerpo de una mujer y sobre todo liberarme del complejo de no estar ni cerca del rango de la imagen de perfección con la que hemos crecido bombardeados.
Quiero que mis hijos, conociendo, viendo y apreciando el cuerpo desnudo de su mamá, vean representado en él un cuerpo de una mujer que ha madurado con los años y las experiencias, una mujer cercana, una mujer como muchas más.  Quiero que vean las imperfecciones, las estrías, la celulitis, los senos de la que ha parido y amamantado y eso sencillamente lo registren en su chip como parte de la belleza natural femenina.
Quiero que ellos sean capaces de distinguir lo que los medios le venden y la realidad y aprecien lo verdadero y sustancial por encima de lo pantalloso y superficial.
En cuestión de la belleza femenina estamos aniquilando poco a poco a las generaciones.  A través de la publicidad le ponemos estándares inalcanzables a las niñas para que sean aceptadas y valoradas y ponemos a los niños a tratar de encontrar para sí mismos esa imagen “picture perfect” que las niñas no pueden alcanzar a ser.
Es una batalla donde nadie gana.  Todos perdemos.  Las niñas pierden su autoestima y hasta su salud física y emocional  sólo porque a alguien se le ocurrió decir que el famoso “thigh gap” es símbolo de un perfecto “bikini body” y desde revistas hasta catálogos de tiendas, le hacen Photoshop a sus modelos para borrarle la parte interna de los muslos y que se le vea la famosa brecha.
Los niños andan grabando en su subconciente que eso es lo que deben aspirar a encontrar en una mujer para poderla entrar en su sistema como “bella”.
  • Para los que no saben lo que es el thigh gap, se supone que una mujer con el estándar de belleza femenina actual, cuando se para derecha, con los pies juntos, debe quedarle una brecha entre los muslos por el área de la cadera. Jajajaja, inténtenlo y me dejan saber cómo les va.
Pues les digo algo, con brecha o sin brecha, el cuerpo de una mujer es como es y aceptándolo y amándolo nosotras primero, enseñamos a nuestros hijos a aceptar y a amar tanto el nuestro como el propio.  Eso los lleva a una valoración saludable del mismo y por tanto, a cuidar de su salud con criterio.
Confío en que de alguna forma ellos verán a través de mi cuerpo, uno que no sólo les dió vida, sino que los nutrió, que los acompañó, cuyo olor los hace sentir seguros, cercanos y protegidos.  Confío en que aprenderán a valorar las sensaciones que les provoca una persona por encima de su apariencia.
Creo que con la libertad que manejo la desnudez delante de ellos, con la naturalidad y normalidad que lo hago, mis hijos están siendo expuestos a un modelo positivo en el tema de la sexualidad y la apertura.
Cuando despierte en ellos el interés por las niñas se van a dar cuenta que hay de todo, altas, bajitas, flacas, llenitas, rubias, morenas.  Se darán cuenta que el mundo parece un gran anuncio de Benetton y que ellos van a tener que elegir, no entre un mar de clones, sino entre la diversidad.
Espero que su actitud frente a las mujeres en su vida sea de respeto, de valoración, de validación por reconocer la chispa de individualidad en su compañera.
Espero que cuando tengan pareja entiendan que es más que un cuerpo y que cuando ese cuerpo (que pertenece a la persona que aman y con quien decidieron estar) empiece a cambiar, con la edad, con los hijos, las circunstancias, pues lo sigan amando igual, no se aferren a una imagen, no las hagan sentir inseguras, no prefieran o inciten a que se haga una cirugía estética porque no sean capaces de aceptarla.
Espero que recuerden cómo veían a mamá desnuda y lo cómoda que mamá se veía consigo misma y no sólo vivan ellos mismos esa libertad sino que además se la permitan y fomenten a su pareja y que por su puesto se la transmitan a sus hijos e hijas también.
Comparto con ustedes el trabajo maravilloso de esta fotógrafa que no podría ser más perfecto para darle imágenes a este tema.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Buenos Aires se suma a la manifestación global contra el cambio climático

BUENOS AIRES- Activistas ambientales se concentrarán el Domingo en el Planetario para sumarse a la marcha, una iniciativa de las organizaciones internacionales Avaaz y 350.org que se replicará en diferentes ciudades del mundo y que busca crear conciencia sobre esta problemática y exigir medidas urgentes, dos días antes del comienzo de la Cumbre sobre el Clima que se celebrará en sede de la ONU en Nueva York.
La propuesta local, apoyada por diferentes organizaciones ambientales y vecinales que confluyen en “Argentina x el clima – Bs. As”, se realizará a partir de las 15 en el parque lindante al Planetario Galileo Galilei, en avenida Sarmiento y Figueroa Alcorta, en el barrio porteño de Palermo, a donde se convoca para asistir con remera blanca o verde.
Durante la jornada se realizarán talleres, recitales y actividades con el objetivo de exigir a los Estados energías cien por ciento limpias.
Durante la jornada se realizarán talleres, recitales y actividades con el objetivo de exigir a los Estados energías cien por ciento limpias.
La protesta, que se replicará en diferentes países del mundo, tendrá sus particularidades en cada ciudad: en Río de Janeiro, el Cristo Redentor se teñirá de verde por una semana; en Londres las campanas de las iglesias sonarán por toda la ciudad y en Nueva York los pescadores navegarán por el río Hudson al lado de la sede de la ONU exigiendo acciones.
También se llevarán a cabo actividades en París, Berlín, Delhi, Melbourne, Estambul, Lagos y Johannesburgo, entre otras ciudades del mundo.
A la iniciativa, de la que anunció que participará el propio secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, adhirieron reconocidas personalidades del espectáculo y el deporte como el futbolista Leo Messi, los actores Brad Pitt, Edward Norton, Jean Reno, Woody Harrelson, Ian Somerhalder, Kiefer Sutherland y Susan Sarandon; los músicos Peter Gabriel y Brian Eno; la modelo Helena Christensen; e incluso el príncipe Alberto II de Mónaco, entre muchos otros famosos.
La Marcha Global contra el Cambio Climático se realiza dos días antes de la apertura de la Cumbre sobre el Clima, que se celebrará en Nueva York y a la que asistirán más de 120 presidentes y jefes de Estado, en la que se pretende que los países se comprometan a presentar políticas concretas para reducir las emisiones de carbono antes de la próxima cumbre de París 2015.

Pueblos indígenas tendrán su propia cumbre contra el cambio climático en Lima

Foro. Cumbre de los Pueblos servirá como un espacio para proponer nuevas soluciones para el calentamiento global.
Martin Gallardo
La conferencia de las Naciones Unidas para el medio ambiente COP 20 no será el único foro internacional donde se discuta el cambio climático en el Perú. Diversas organizaciones indígenas y agrupaciones políticas organizarán de manera paralela la llamada "Cumbre de los Pueblos frente al cambio climático" en la que se discutirá el futuro del medio ambiente y los recursos naturales y donde propondrán múltiples medidas que sirvan para mitigar el calentamiento global.
Involucra a todos
Los organizadores consideran que la Cumbre de los Pueblos servirá como un espacio que contribuya para que los Estados visualicen los reclamos que tiene la sociedad civil y sobre todo los pueblos indígenas, los cuales son los más afectados por el deterioro del medio ambiente. 
El cambio climático no es un problema únicamente ambiental, sino que también involucra a toda la sociedad, señalan.
Durante el anuncio oficial de la conferencia, la panelista y dirigente de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Ibis Fernández, denunció que falta voluntad política en materia ambiental y aseguró que el actual gobierno tiene un "doble discurso, ya que por un lado se compromete a combatir el cambio climático y por el otro debilita al Ministerio del Medio Ambiente (Minam)".
"El paquetazo ambiental que promulgó este gobierno flexibiliza los Estudios de Impacto Ambiental que se deben realizar antes de comenzar un nuevo proyecto. Esto es claramente un doble discurso que demuestra que no existe voluntad política en materia ambiental. Es por eso que la Cumbre de los Pueblos será un espacio adecuado para que todos se expresen".
Por su parte el dirigente de la Confederación de Campesinos del Perú (CCP), Everardo Orellana, hizo hincapié en la necesidad de invertir en más proyectos que mitiguen los efectos del cambio climático en el interior del país.
Los organizadores informaron que la Cumbre de los Pueblos se realizará entre el 8 y el 11 de diciembre en el Parque de la Exposición, en Lima.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Bioenergética y naturismo

Es bien sabido que existe un fuerte flujo de energía a través del cuerpo, y el cuerpo está hecho de energía en muchas formas y frecuencias.
Las frecuencias más lentas son la energía física de los músculos, huesos, tejidos, etc.. Aumentan estas frecuencias cuando pasan a través de la sangre, ganglios, impulsos nerviosos, canales energéticos, chakras, auras, etc..
Esta energía es utilizada , por ejemplo, en la acupuntura y otras terapias para influir en sus pacientes a fin de lograr un saludable sistema nervioso, vasos sanguíneos, drenaje linfático, etc..

El efecto de la ropa en el flujo de energía

Algunos experimentos de acupuntura han demostrado lo siguiente:

Cuando un paciente estaba desnudo y era estimulado con la aguja, había una energía medible de 100 unidades.
Si esa persona vestía ropa interior de nylon el flujo se reducía hasta un 60%. Si la ropa interior era de algodón la reducción del flujo era de un 20%.
Asimismo la ropa sintética acumula una carga estática en el cuerpo que tiene efectos nocivos sobre la red eléctrica del cuerpo, que a su vez afecta la salud.
Usar ropa, especialmente la de material sintético, ,tiene un efecto perjudicial sobre el potencial eléctrico del cuerpo y la capacidad de flujo de energía de nuestro cuerpo lo que genera un estrés al cuerpo con un efecto acumulativo.
Es importante permitir que el cuerpo respire libremente para equilibrar el flujo eléctrico a través de la piel. Por eso es importante tener un período de tiempo por día sin ropa.

Las tensiones del día pueden reducirse bajo la ducha sólo o sentado en el agua. Hay un doble efecto aquí. Uno de ellos es la eliminación de la ropa para permitir que la energía fluya más libremente. La otra es que el agua tiene el maravilloso efecto de neutralizar los bloqueos de energía y deshabilitar la carga eléctrica.
O., simplemente estando desnudo sin interferencias eléctricas y física de ropa los cuerpos se recargan y revitalizan.
Los trajes de baño sintéticos producen un efecto negativo acumulado. El cuerpo se carga de electricidad estática y el sol en crea una temperatura diferencial entre la parte cubierta y la descubierta. Esto puede ser perjudicial para la piel.
Basta con mirar las personas desde una playa nudista para ver que hay una menor incidencia de personas con quemaduras que en playas de textiles.
Estadísticamente, se ha demostrado que los nudistas tienen una menor incidencia de cáncer de la piel a pesar de que está expuesto todo el cuerpo,
La piel es el órgano más grande del cuerpo y si algo malo le pasa esto tendrá consecuencias para la salud de su cuerpo entero.
Los “ soutien “
Los soutien de material sintético acumulan una carga eléctrica que interfiere con los meridianos de energía que pasan por los pechos.. La energía estancada puede producir desde dolores hasta tumores de mama y trastornos en las mujeres que amamantan, etc..
Esto se agrava aún más en el soutien con sostenes de metal . Se ha sostenido que ponerse un sostén más de 12 hs por día aumenta la posibilidad de desarrollar cáncer de mama .


La ropa obstaculiza Wei Chi
El Wei Chi es un energía superficial que corre a lo largo de la superficie interna del cuerpo y sobre la piel y que estimula el flujo de energía, los impulsos nerviosos y, los bioquímicos necesarios para su reparación.
El Wei Chi nos protege de nuestro medio ambiente
Una persona con fuerte Wei Chi puede soportar cambios bruscos de clima y de temperatura. También nos protege de las energías negativas, de la energía eléctrica, de la radiación y de la energía negativa generada por otras personas   http://www.revistanudelot.com.ar/edicion22/home_13.htm


sábado, 6 de septiembre de 2014

Ecología: La venganza de Gaia

Hace aproximadamente tres años, James Lovelock lanzó un libro titulado" La venganza de Gaia" que se convertiría en la base de las catastróficas previsiones del autor para el mundo en que vivimos.
Mentor intelectual de la teoría Gaia, que establece que la Tierra es un sistema vivo capaz de generar, regular y mantener sus propias condiciones ambientales, establece el científico que literalmente nos pasamos del tiempo.
La humanidad como la conocemos hoy, está entrando en una nueva era de cambios irreversibles principalmente en la biósfera, la consecuencia directa de la interferencia humana en la naturaleza.

Ciertamente en los espacios naturistas que he visitado, reina el deseo de poder expresarse con mayor libertad, con total espontaneidad y sencillez, sin máscaras ni tabúes. Allí he podido dialogar
Según Lovelock, lo que en la actualidad estamos viendo en términos del cambio climático ya está resultando en la aparición de un nuevo tipo de refugiado que no es ni político ni motivado por los conflictos armados, sino un hombre errante, principalmente el resultado de la desertificación, en busca de nuevas tierras que le proporcionen  la supervivencia.
Sin alarmismo, es lamentable que todos los esfuerzos llevados a cabo con el fin  de la protección y preservación del medio ambiente hasta la fecha han sido en vano. Nunca  se destruyó tanto en tan poco tiempo. En los últimos 50 años los seres humanos ha logrado cambiar el entorno para peor, a pesar de todas las campañas de preservación.


¿Cuál sería la solución?
La respuesta está en el cambio de la persona humana en relación con su papel en el universo.
La aparición de una conciencia personal capaz de dar lugar a un nuevo paradigma ambiental.
El naturismo ha proporcionado experiencias individuales con el fin de cambiar el hombre en su esencia. El contacto directo con la naturaleza ofrece la sensibilidad necesaria para la armonía con la creación.
La rehabilitación de los sentidos hace que los hombres y mujeres, a través de la desnudez social, que están en contacto directo con Gaia (diosa griega que significa el elemento Tierra).
Sólo la desnudez social a través de la práctica del naturismo transforma las personas, rescatando sus orígenes como hijos de la madre naturaleza.
Esta reaproximación del hombre no significa que debamos volver a la experiencia de los hombres de las cavernas. Por ejemplo, en relación con el uso de una buena tecnología, cuánto se ha ahorrado en papel y otros recursos naturales con el advenimiento de archivos informatizados? ¿Cuántos árboles dejaron de ser cortados?

Y los nuevos descubrimientos para reemplazar a la quema de combustibles fósiles?
Ciertamente, este es el tipo de tecnología científica que deseamos sea enfocada por el conjunto de la humanidad. La humanidad que pueda reavivar la experiencia natural y salvar a Gaia para nuestros hijos y nietos
El naturismo ofrece una experiencia única de contacto con la naturaleza. Esta relación es la clave para no destruir al hombre y no terminar con el "Jardín del Edén" definitivamente
Estamos hechos de todos los elementos en el universo. Nuestra física y química es la misma que cualquier ser vivo. Somos parte del cosmos, por lo tanto en el momento actual practicamos incoherentemente el suicidio diario, al deformar nuestro propio hábitat.
Hemos llegado por la comprensión proporcionada por la práctica del naturismo a reconocer que somos parte del "Arca de Noé" que salvará al mundo. En ese día seguramente no serán más necesarias las campañas de información, porque las personas habrán oído a gritos el mensaje de su propio interior.




Que es la felicidad?

El ser humano actualmente no logra comprender el amor como un sentimiento de orgasmo continuo en la vida, como una permanencia en la felicidad de esta sensación corporal y espiritual más allá del acto sexual mismo. Ésta es la vivencia de la verdadera felicidad. Pero aunque el ser humano actual todo el tiempo busca ciegamente mantenerse en la sensación de felicidad que a veces por casualidad alcanza, ha olvidado cómo lograr realizar voluntariamente la felicidad partiendo de su propia constitución biológica o su actividad física: tiene el anhelo de la felicidad pero no logra comprenderla como un acto consciente, controlable mediante la voluntad, alcanzable siempre que lo necesite —que es siempre.

La felicidad "aparece cuando quiere y se va cuando quiere"

Actualmente el ser humano cree que la felicidad es algo fortuito, casual, algo que le ocurre muy de vez en cuando pero sobre lo que no tiene ningún control: la felicidad aparece por sorpresa, y de pronto, no se sabe cómo, ya no está. A veces, algo que inicialmente nos había dado felicidad, más adelante lo repetimos y lo repetimos —intentando descubrir si por fin es éste el acto que nos conduce a la felicidad, intentando saber por fin cuál es la llave que nos abrirá la felicidad cada vez que queramos—, sin embargo la felicidad se esfuma sin avisar y nos tenemos que conformar con sólo aparentar que esta vez ese algo nos está dando la misma felicidad que al inicio.


Casi todos tenemos nuestro modo particular de concebir la felicidad, pero en general todos coincidimos en que la felicidad es algo fugaz raras veces alcanzable a voluntad, que va y viene cuando le parece, que no la tenemos ahora mismo, pero que tal vez alguna actividad a la que ahora nos dedicamos, en algún momento nos conduzca a la felicidad.

La felicidad no es ir a una fiesta

Para algunos la felicidad es ir a una fiesta, porque se supone que toda fiesta es feliz, o que toca estar feliz en una fiesta —aunque en realidad, la mayoría de las veces la felicidad de las fiestas es solamente externa, un escapar momentáneamente de la infelicidad cotidiana, que de todos modos sigue escondida detrás de la risa de la fiesta. Es agotador mantener ese estado de euforia sin que se base en una vigorosa alegría interior real. Luego de esa euforia sin base, el resto del mes puedes pasártelo en baja, siguiendo la rutina de los días de no-fiesta.


La alegría que pretendemos ir a buscar a una fiesta, podríamos tenerla siempre, en cualquier momento o circunstancia. Todo depende de la fiesta que logremos hacer en nuestro interior. Si no hay fiesta en nuestro interior, no la habrá en el exterior —sea la fecha que sea, o sea el lugar que sea, o así estemos rodeados de gente que ríe porque toca reír y nos demanda que hagamos lo mismo. La única fiesta real que existe, es que comiences a llevar una fiesta en tu interior, y que cada cual comience a hacer de su existencia una fiesta. Probablemente creas que esto no es posible —o lo creas muy externamente, pero no en lo profundo de ti. Sin embargo, sí es posible, como ya iremos viendo.

¿Un valle de lágrimas?

Para algunos seres humanos la felicidad es algo tan escaso, que ya hasta creen que no existe tal cosa como la felicidad, y que la existencia es solamente un valle de lágrimas.


Pero la Tierra no es un valle de lágrimas: es un paraíso. El mundo —la versión humana de la Tierra— sí que lo hemos convertido en un valle de lágrimas. Nosotros los humanos —ya a lo largo de milenios— casi hemos logrado convertir la Tierra en un valle de lágrimas, y sólo nosotros podemos convertirla otra vez en un paraíso.


Tu colaboración básica con que la Tierra sea un valle de lágrimas, es que tu propia existencia sea triste, infeliz y sin amor real. Así que tu colaboración básica con que la Tierra vuelva a ser un paraíso, consiste en llenar tu vida de amor real. Tu vida se llenará de amor real cuando hagas el amor bien.

La felicidad ideal es irreal

A la felicidad de hoy, en la inmensa mayoría de los casos le falta sustancia, le falta realidad: no es una vivencia ni una sensación de la felicidad, sino una apariencia de la felicidad basada en una idea de lo que debe ser la felicidad o de lo que debe darla.


La felicidad actual es una felicidad ideal: un ideal de felicidad que se supone que alcanzarás algún día cuando culmines algún camino que estás siguiendo ahora. Pero una felicidad ideal no es real, no es una vivencia ahora. Para que la felicidad sea real, debe ser real ahora, en este momento, estés haciendo lo que estés haciendo.


Esta felicidad real debe estar basada en el amor real: cuando sientes amor sustancial en tu cuerpo, tu estado es de felicidad y gozo hagas lo que hagas. Pero este amor real solamente nace del sexo real. Debes hacer el sexo bien para que tu amor y tu felicidad no sean sólo ideas dentro de ti sin vivencia real, y para que sean ahora, y no solamente una promesa que algún día lograrás.

Tu acto voluntario de ser feliz ahora

Sí existe la felicidad —esto parece evidente pero no lo es tanto. Todos estamos en la Tierra para ser felices en ella. Sí existe un acto voluntario básico para generar la felicidad: es el acto sexual consciente. El hombre y la mujer recuperarán la felicidad real continua que ellos siempre anhelan, solamente cuando aprendan a hacer el amor.


Si el hombre, el ser humano masculino, no recupera ya su capacidad natural de ser pleno sexualmente, es decir, su capacidad de hacer el amor sin límites, la mujer tampoco podrá ser sexualmente plena. Entonces ellos nunca conocerán la verdadera felicidad, sino que conocerán solamente la felicidad externa, una felicidad volcada en lo objetivo, y que por tanto es breve y acaba, y nunca los toca profundo.


Siempre que la pareja comienza a alcanzar la sensación de la felicidad en la unión sexual, el hombre eyacula sin control y la mujer siente que la felicidad plena se frustra —él tal vez no sienta la frustración en el momento de la eyaculación: la siente después en el precio que tiene que pagar por esa eyaculación, sufriendo el infierno cotidiano que la frustración sexual genera. Que la eyaculación del hombre ocurra antes de que ellos hayan hecho el suficiente amor real: éste es el único límite para la felicidad real.
  
Luego de este fracaso tan básico, a ellos no les queda más remedio que sustituir esta felicidad real que nunca alcanzan, por otra objetiva y externa que en realidad no los implica en su interior -porque lo cierto es que cuando no hay felicidad real, ellos no quieren tener vida interior, evitan el interior, porque un interior sin felicidad es siempre doloroso y confuso. Pero la euforia de una fiesta —o cualquier evento semejante— nunca será una medicina real para un interior que no es realmente feliz porque no ha logrado hacer el amor bien. La felicidad real es siempre una experiencia completamente interior, espiritual: y sólo cuando nace desde nuestro interior es que la felicidad inunda toda la vida exterior.

Gozo, plenitud e inocencia

La felicidad no tiene nada que ver con demostrar felicidad de un modo u otro, pues casi siempre lo que necesita demostración no es verdadero ni profundo. La felicidad tampoco tiene que ver con llevar la risa constantemente en la boca —aunque reírse está muy bien, y lo harás con frecuencia, no sólo de alegría sino también de asombro ante el misterio de la vida que se revela diferente de cómo la habíamos concebido hasta ahora. Los bebés por lo general son completamente plenos, y sólo a veces se ríen: esa es la verdadera frecuencia de la risa, un buen componente más de la vida.


Plenitud es una palabra clave para comprender qué es la felicidad. La felicidad, en gran medida tiene que ver con recuperar el estado de conciencia abierta y sin ego que teníamos en nuestro origen. Ese estado es el que podemos llamar amor. Es un equilibrio entre la inocencia original y la sana inteligencia que resulta de la experiencia de vivir bien. Por eso decimos que la felicidad es un estado, y no algo meramente externo.

Ciertamente, un buen sinónimo de felicidad es plenitud, la cual podemos definir como un sentimiento de trascendencia que te hace experimentarlo todo como lleno de gozo, y por eso mismo no vivir enfocado en nada particular —ni siquiera en tu propio yo— sino en todo al mismo tiempo. A esto se le puede llamar el regocijo de vivir desenfocado, o también  se le puede llamar desapego, y no hay nada que genere más felicidad. Este sentimiento de plenitud no lleva a tener la risa en la boca todo el tiempo, pero si lleva a sentir una continua risa de gozo interior y un continuo asombro por la maravilla y el misterio de estar vivos. El primer motor impulsor de esta sosegada risa interior de gozo, es el sexo bien hecho. La energía básica de todo apego es el deseo sexual insatisfecho y la sublimación de esa energía insatisfecha en un objeto o camino alternativo al sexo. En cambio, la energía básica del desapego o el desenfoque, es la energía sexual realizada y correctamente sublimada en su camino natural: el sexo.


Inocencia también es un buen sinónimo de felicidad. Como hemos dicho en otras ocasiones, la inocencia no significa ingenuidad, sino todo lo contrario. Inocencia es tener la mirada limpia y ver las cosas justo como son. Si bien la ingenuidad implica tener la conciencia adormilada, lenta y torpe, en cambio la inocencia implica tener la conciencia lúcida, veloz y fluida, debido a que quien recupera la inocencia se ha liberado a sí mismo del pesado equipaje del ego: emociones del pasado, juicios, pensamiento compulsivo, traumas, etc. Es lo que los orientales llaman entrar en estado de meditación, y que en Mesoamérica se llama silencio interno. Pero no es necesario ser experto en conocimientos orientales o místicos para alcanzar la inocencia, la meditación o el silencio interno: el sexo bien hecho conduce a todo esto de modo natural, si bien lograrlo requiere trabajar en ello toda la vida.

El buen sexo es el motor generador  de la inocencia, pues el amor generado en el sexo conduce a trascender con gozo la propia individualidad y a vivir en profunda comunión con el amante, que es lo mismo que vivir en profunda comunión con todo. El buen sexo tiene el don de borrar el ego como por arte de magia, y junto con el ego que se marcha, comienza a marcharse toda la vida anterior, el pasado personal lleno de viejas ideas, emociones o traumas que nos hacían ver la realidad de un modo particular —o incluso neurótico— para dar paso a una visión más abierta y verdadera de la vida. En verdad es como morir y renacer en una nueva vida realmente plena. (Ver además la página Un método simple para aprender a meditar.)

El valor de reír

Nada en la vida es tan serio como parece. La seriedad le quita el gusto a las cosas, y la risa le devuelve el gusto real a las cosas. Si hoy la risa es a veces inadecuada, es porque le quitaría a algunas situaciones no sólo la seriedad, sino incluso la razón de existir: a la luz de la risa las cosas se muestran más como son realmente, y la realidad adquiere un nuevo roden.


Indudablemente habrá muchas cosas que percibirás de otro modo luego de hacer bien el amor: el sexo profundo te cambiará hasta los cimientos, te convertirá en ti mismo —y cuando menos, cambiará tu modo actual de jerarquizar las cosas. El sexo profundo generará risa en tu vida, una risa sabia, demoledora de infelicidades y dificultades. Lleva empeño lograrlo, pero vale la pena.


Hacer el amor bien, te dará una gran dosis de gozos, sonrisas, risas, buen humor y ganas de vivir. La risa que genera hacer el sexo bien nace directamente desde el cuerpo, desde el corazón: ríes de gozo y felicidad, por el simple hecho de que el cuerpo desea reír. La risa verdadera y sentida no tiene un motivo: es pura expresión, no significa nada, y si significa algo es simplemente gozo y felicidad.


Cosas humanas muy serias —incluso cosas humanas que durante milenios han sido serias—, dejarán de serlo para ti, porque justo al lado de lo que antes considerabas serio, renacerán argumentos muy fuertes para vivir realmente feliz y menos serio o rígido a partir de ahora: un cielo muy azul, el viento fresco, los árboles, el sol que lo alumbra todo, la gracia incomparable de la mujer que lo alumbra todo más que el sol, luego la noche que lo indefine todo, y finalmente, la muerte, la mejor perspectiva: el amor te hace consciente de la muerte, de lo efímero y de lo mucho que vale cada instante. Paradójicamente, ser consciente de la muerte le da a la vida más alegría y felicidad.

A la luz de todo esto, percibirás la vida real, que hacía mucho tiempo que no percibías —escondido como estabas detrás del milenario muro de palabras e ideas que llamamos ego. Sentirás la vida real, luminosa, colorida, que por arte de magia hace que todo lo serio humano se muestre como realmente es: gris y sin sentido. Percibirás como por primera vez todo lo que en la Tierra desde hace mucho te está diciendo que la vida humana no es tan seria como parece, y que sólo por tomárnosla tan en serio es que hemos sufrido tan enormemente. Ya es hora de dejar de sufrir y comenzar a reír de gozo.


El amor sexual hará que tu conciencia vuelva a ser flexible y veloz, y percibirás que la realidad en realidad no está hecha: la haces constantemente y depende de ti como sea lo real —para bien o para mal. Eso es verdadera libertad. Desde ahora hazlo para bien. Depende de ti.

La felicidad no es hacer, sino no-hacer

La felicidad no la encontrarás haciendo algo, sino dejando de hacer algo. Estamos llenos de actividades y de desgastes que nos dejan extenuados, y que se supone que nos lleven a la felicidad. Pero la felicidad no aparece por ningún lado. Porque la felicidad no es un hacer, sino un no-hacer. La felicidad no es actividad, sino no-actividad —que no es lo mismo que inactividad. No-actividad significa dejar de hacer actividades que no necesitamos y que hacemos solamente porque estamos condicionados a creer que las necesitamos.


Estamos tan habituados a estar siempre haciendo algo, que suponemos que quedar con la energía extenuada es normal, cuando en verdad extenuar la energía es la principal fuente de infelicidad, y conservar la energía es la principal fuente de felicidad.


Dejar de hacer actividades innecesarias, tanto internamente como externamente, será lo que te lleve a la felicidad. Por ejemplo, en lo interno, ¿para qué necesitas ponerte tenso a nivel sutil siempre que vas a hacer algo? Es completamente innecesario ponerse  tenso para cualquier cosa. Si dejas de hacerlo, serás ya por lo menos un 50% feliz. Otra cosa: ¿para qué necesitas autoafirmarte frente a los otros? Si dejas de hacerlo tendrás un 20% más de felicidad. (Para más detalles, ver las páginas Los secretos de la relajaciónEl sol de tu plexo solar, y El ego que te separa del amor.)

Por otra parte, en lo externo, hay un sinnúmero de actividades cotidianas que haces y que en realidad no necesitas hacer. Si reduces tus actividades al mínimo real y necesario, serás ya 100% feliz. No imaginas la gran tajada de tu felicidad que se llevan este sinnúmero de actividades aparentemente inofensivas y necesarias.


Y ahora una pregunta muy básica de acuerdo con el contenido de este sitio: si eres hombre ¿para qué necesitas eyacular, si en la inmensa mayoría de los casos no vas a reproducirte? ¿Para qué esos millones de espermatozoides expulsados sin propósito? ¿Para poder tener un orgasmo? No es cierto que haya que eyacular para tener un orgasmo. Eyacular sin necesidad —y casi nunca es necesario eyacular— es la principal fuente de desgaste en la vida, no sólo para el hombre sino también para la mujer. Es como si arrancaras un trozo de tu ser para generar un nuevo ser, pero a la misma vez impidiéndolo todo el tiempo. Además, eyacular sin necesidad conduce a otro de los hábitos más innecesarios y desgastantes de la pareja: discutir. Si abandonas el viejo hábito de eyacular innecesariamente, serás 200% feliz, y lograrás para tu pareja y para ti niveles de placer, amor, paz y felicidad que hasta ahora no conocían.


Tu labor —seas mujer u hombre— consiste en ser honesto y en ver qué realmente necesitas entre todo lo que haces. Ésta no es una labor fácil; si fuera fácil ya la habrías hecho. La época, la sociedad, la educación, la tradición, y otros sistemas de influencia, te han condicionado durante años para que creas que son necesarias cosas que en realidad no lo son. Te han condicionado tanto, que ya no necesitas que te lo digan y lo haces aparentemente por propia inspiración.

De modo que queda por tu cuenta ver qué es realmente vital para vivir la vida, y qué realmente no lo es y debe ser eliminado como actividad superflua. Haz una pesquisa honesta, y sin compasión deshazte de todo lo que sobre.


La felicidad o es real ahora, o no existe

La felicidad real nunca podrá ser sustituida por una felicidad basada en cosas objetivas. La felicidad real es siempre ahora —¿acaso tú no la necesitas ahora mismo?— y no hay porqué ponerla en un futuro que supuestamente tú alcanzarás algún día, o en un pasado que ya se fue y no volverá. La felicidad real se experimenta ahora mismo, se experimenta como una sensación de orgasmo continuo —corporal y espiritual a la misma vez—, en todos los momentos de la vida, pero siempre en ahora, orgasmo amoroso, un orgasmo de amor que no termina aunque en ese momento no estés haciendo el amor.


La felicidad real, la vivencia continua del amor, no es de las primeras cosas que se logran cuando se comienza a hacer el amor bien, pero podemos acercarnos a ella cada vez más si siempre que hacemos el amor seguimos intentando hacerlo bien —no dejando que regresen los viejos programas sexuales, que son la base de la infelicidad.

El sexo habitual reduce la capacidad de ser feliz

En cambio, si cada vez que hacemos el amor lo hacemos —como siempre— mal, nos estaremos alejando cada vez más del amor y de la felicidad, tal vez definitivamente. Mientras más aprendas a hacer el amor y mientras más hagas el amor, más conocerás la felicidad real. Y en cambio, mientras menos aprendas a hacer el amor y mientras menos lo hagas, menos conocerás la felicidad real, más asociarás la felicidad a cosas irreales, la felicidad será para ti una ilusión que perseguirás sin alcanzarla nunca, y es posible que nunca en tu vida la conozcas y que, ya cuando tengas cierta edad, termines por declarar que la felicidad real no existe.


Mientras más hagas el amor en la forma errónea en que habitualmente se hace —sin presencia real, con apuro, y solamente para perseguir la eyaculación automática del hombre—, más se reduce tu capacidad de ser feliz realmente. Haz el amor todo lo que puedas, pero hazlo bien. No permitas que tu felicidad y la de tu pareja continúe siendo algo casual, o irreal. Pon la felicidad en tus manos y regenérala cada vez. Haz un acto que te conduzca a la felicidad real: haz el amor bien.


La felicidad existe sólo si la mujer es feliz

El bienestar, la felicidad, el gozo, el placer, el amor: todos estos son dones que la mujer da o quita, ¿y quién duda que estos son los dones más preciados de la vida? Cuando la mujer es amada, ella da estos dones con generosidad y abundancia, pero cuando ella no es amada, ella no puede dar esos dones —ni siquiera a ella misma. Cuando la mujer no es amada, la felicidad, el bienestar, el gozo, el placer, el amor no son reales, no existen, son solo cosas formales que no se sienten en realidad. Como dice un viejo refrán: un lugar es feliz solamente si las mujeres del lugar son felices.


El ejercicio que hemos propuesto para el control de la eyaculación —junto con el nuevo modo de hacer el amor— proporciona al hombre una posibilidad de que él mismo vaya logrando interrumpir la relación automática entre su orgasmo y su eyaculación, y vaya recuperando así el control sobre el desarrollo del acto sexual. Éste parece un acto demasiado simple como para generar algo tan grande como la felicidad, pero lo cierto es que ésta es la operación básica para la felicidad, el primer paso en el camino para alcanzarla. A fin de cuentas, ¿para qué necesitamos una teoría de la felicidad? Lo que necesitamos es un camino muy práctico para generarla.


Con este crecimiento natural de la sensación orgásmica sin eyaculación, será suficiente para que la pareja comience a comprender desde su experiencia propia todo lo que estamos explicando, y para que comience a recuperar su felicidad sexual plena. Ellos nunca podrán lograr esto cada uno por separado: la mujer y el hombre juntos son las dos mitades de la felicidad. Ella sólo lo logrará si él lo logra, y ambos serán felices sólo cuando ella lo sea.


Otras dos condiciones básicas para la felicidad

Además de hacer el sexo bien, hay otras dos condiciones básicas para la felicidad: la relajación —de la cual ya hemos comentado un poco más arriba—, y además la parte de tu cuerpo que asumas como centro de tu vida. La esencia es ésta: debes vivir en relajación, y debes asumir como centro de tu vida a tu verdadero centro: tu plexo solar.


Un cuerpo constantemente relajado y viviendo desde su plexo solar, siente bienestar y se encuentra en el camino de ser establemente feliz. Y en cambio, un cuerpo tenso y enfocado en los pensamientos de la cabeza o en sentimientos traídos desde el pasado, es un cuerpo en sutil malestar y siente continua infelicidad. Esto último es lo que casi siempre ocurre.


Es paradójico, pero enfocarte en el plexo solar para vivir, en realidad te desenfoca de cualquier centro que no sea centro real, y te hace vivir desde todo el cuerpo: es una experiencia realmente buena. Esto es muy diferente de lo que habitualmente le pasa al ser humano: toma como centro de vida su cabeza, el resto del cuerpo se convierte en el añadido para sustentar la cabeza y el pensamiento, y ésta es realmente la condición de que la vida sea infeliz.


La humanidad hoy vive sutilmente tensa y enfocada en el pasado o en el futuro —en el pasado a través de los sentimientos, y en el futuro a través de los pensamientos. O sea: la humanidad vive enfocada en una realidad ilusoria que no es el presente real. (Para más detalles sobre esto, ver las páginas El sol de tu plexo solarLos secretos de la relajación, y Un método simple para aprender a meditar.)

Los cambios que estamos proponiendo parecen demasiado simples como para que generen felicidad. Sin embargo la felicidad es así de simple, y los cambios que proponemos son tan simples como fundamentales. Complicadas son todas las cosas que hoy hacemos supuestamente para alcanzar la felicidad, pero que nunca nos dan una verdadera felicidad. Estas cosas no tienen modo de ser demostradas: necesitas comprobarlas en la práctica —y te gustará hacerlo, porque sentirás como de hecho van creciendo tu bienestar y tu felicidad.


A partir de ahora, ser feliz o infeliz está en tus manos: todo depende de cuán relajado te mantengas, y de que te desenfoques de ese pensamiento que se mueve solo —en realidad hoy no tienes control real sobre eso—, y de que dejes ir esas emociones que emergen del pasado sin que tú las necesites. No necesitas sentimientos pasados para interpretar el presente: lo que necesitas es sentir el presente real. Eso te dará frescura y un gran bienestar.


Si haces bien el sexo, el placer amoroso llegará a tu corazón y purificará tu emocionalidad, de modo tal que se transformará en amor real. Incluso hacer bien el sexo depende en gran medida de que lo hagas relajado, y de que en ese momento dejes de tomar en cuenta lo que piensas o tus sentimientos del pasado, y te enfoques en una vivencia más sensorial y real: vivir desde el plexo solar, y entonces vivir con todo el cuerpo unificado. Si lo haces bien, tu pensamiento llegará a detenerse, sentirás silencio, paz, y vivirás una experiencia de gloria que hoy ha quedado fuera de la experiencia humana debido a cómo vive la humanidad hoy. Te aseguramos que eso es todo lo que necesitas, y además es todo lo que tú mismo internamente anhelas en todas tus búsquedas externas de la felicidad.

Amor y autoridad

Si todo el mundo pudiera sentir ahora el verdadero placer del sexo, el verdadero regocijo de amor que trae el sexo profundo y espiritual, entonces todo el mundo quisiera hacer el bien, y nadie andaría viendo cómo sacarle provecho o ventaja a los demás, todos quisieran hacerse el bien mutuo y nadie sería injusto, ni egoísta, ni cruel —porque todo egoísmo, todo ventajismo, toda carencia o escasez, toda mezquindad, toda infelicidad, toda maldad, toda crueldad, nacen de la imposibilidad básica de hacer profundamente el amor, tal como todo altruismo, todo desarrollo espiritual verdadero, toda realización, toda felicidad real, todo gozo, toda abundancia y prosperidad, todo amor, nacen de poder convertir el sexo en una profunda experiencia de unidad corporal y espiritual.


El amor, el amor real —que nace y se sostiene en el sexo— es lo que más falta en el mundo. Sin embargo, no sólo el amor es necesario para que vivamos con felicidad: también es necesaria la autoridad, en el sentido más real que pueda tener esa palabra. El amor aporta plenitud, inocencia y gozo, pero la autoridad aporta dirección, orden y concierto. El amor es el cuerpo, y la autoridad es la columna vertebral. La vida real debiera avanzar dentro de una armonía entre el amor y la autoridad. La autoridad no es algo que deba ser impuesto mediante un sistema de leyes autoritarias, o por alguna dinámica familiar o laboral rígida. Nada de eso es autoridad. La autoridad real emana del hombre verdadero, tal como el amor real emana de la mujer verdadera, ambos reunidos y realizados en el sexo.  Autoridad es de lo que más falta hoy en este mundo, que sin embargo pulula de autoritarismo —incluso dentro de las llamadas democracias. (Ver además la página La autoridad es un servicio al amor.)

El paraíso eres tú (y el infierno también)

Escucha bien esto ahora: el paraíso no tiene que ver con nada externo. Prácticamente todo se ha intentado en el mundo, y las cosas nunca han cambiado en realidad —y hasta se puede decir que han empeorado. Esto se debe a que la infelicidad básica sigue estando donde siempre ha estado: dentro del ser humano.


Quien en realidad debe cambiar es el ser humano. En algunos momentos de la historia de la humanidad, el ser humano ha cambiado un poco —a estos cambios externos se deben las diferentes circunstancias históricas. Pero hasta ahora nunca, nunca el ser humano ha llegado a cambiar radicalmente, y la historia humana en todos los momentos ha tenido algo básico en común: la infelicidad del ser humano. Ya se ha dicho que la historia no es más que él progreso de la infelicidad humana. Las condiciones básicas del sufrimiento han seguido dentro del ser humano aunque hayan cambiado las circunstancias, y por eso el sufrimiento hasta ahora no ha cesado. El paraíso que siempre hemos intentado alcanzar, también siempre se nos ha escapado de las manos —aunque a veces hayamos estado un poco cerca. La infelicidad radical humana —la raíz que nunca ha cambiado— siempre termina volviendo a hacer germinar la infelicidad en el mundo.


La felicidad plena nunca ha llegado, aunque comenzamos a buscarla hace varios milenios —desde los umbrales de la civilización hasta hoy mismo. Toda propuesta de emancipación para el ser humano —sea desde el punto de vista social, económico, religioso, político, sexual, etc.— ha intentado buscar una condición para el ser humano que podríamos llamar felicidad. Estas intenciones casi siempre han sido buenas en su origen, han intentado desde su punto de vista hacer algún bien para el ser humano —pero han terminado enyerbándose debido a que nunca el ser humano mismo ha cambiado profundamente, sino sólo circunstancialmente, externamente.

Nada es tan profundo y radical como el sexo: el sexo está en la base individual del ser humano —y también podemos decir que está en la base de todo lo social. El sexo es un camino tan poderoso y profundo, que llevaría al ser humano hasta la esencia misma de sus problemas, y lo pondría frente a frente con sus verdaderos límites, dándole una verdadera oportunidad de transformación. Cuando el ser humano penetra profundo en el sexo, realmente mira frente a frente a sus problemas —no bajo una apariencia como casi siempre— y entonces sí que tiene posibilidades reales de evolucionar. Sólo mediante un cambio tan profundo dentro del ser humano, las cosas en su vida y en el mundo cambiarían realmente desde la raíz. El verdadero paraíso es un estado, un estado interior, y sólo cuando el paraíso sea la vivencia del ser humano, será también una circunstancia en que viva el ser humano, y nacerá un buen orden en el mundo.


Cuando el ser humano se transforme desde adentro, y se haga lo suficientemente consciente como para dejar de estar enajenado entre objetos, entonces todo lo que se haga para mejorar la circunstancia tendrá verdadero poder de transformación —el verdadero poder de transformación que le ha faltado a toda propuesta hasta ahora. El infierno de la infelicidad siempre ha estado dentro del ser humano —y dentro del ser humano continúa hasta ahora—, así como el paraíso de la felicidad llegará solamente cuando el ser humano se transforme interiormente. Luego de esto, todo marchará bien de cualquier modo —y sin esto, ninguna circunstancia realmente cambiará.

Medita bien antes de polemizar con esto que te decimos, porque lo cierto es que tienes todas las posibilidades de no creerlo o de negarlo —ya sea porque te parezca demasiado simple, o demasiado complejo. Pero fíjate bien en una cosa: ¿algo de lo que se haya dicho o hecho hasta ahora ha cambiado realmente las cosas? Observa la situación en el mundo a ver si algo ha ido para mejor. No, nada ha ido para mejor, y ya es urgente que las cosas vayan realmente para mejor.


El único infierno es la imposibilidad de hacer el sexo con toda la profundidad que deseas y necesitas, y que eso te conduzca a vivir en amor. De este infierno —ya cuando pasa el suficiente tiempo— nacen todos los infiernos. En cambio, el único paraíso es hacer el sexo real y vivir en amor; ésta es la fuente de todos los paraísos: de ahí en adelante todo comenzará a marchar bien —a nivel individual, social, mundial y planetario. Lo que ahora te decimos, únicamente podrás comprobarlo en tu práctica sexual, y a nosotros sólo nos resta tener fe en ti y en la vida.

Mientras más intento ser feliz, más emerge mi vieja infelicidad


Un huracán no dura toda la mañana.
Un aguacero no dura todo el día.

TAO-TE-KING


A veces te podrá parecer que mientras más intentas ser feliz y trabajas por ello en sentido espiritual, más aparece la infelicidad y pretende no irse de tu vida. Los maestros espirituales tradicionales han hablado de esta cuestión. La han enfocado así: cuando intentas despertar y dejar de ser infeliz, es como si todo se confabulara para impedírtelo —aunque, como toda moneda tiene dos caras, también ocurre que cuando intentas realmente ser feliz y trabajas con empeño por disolver todo lo que te lo impida, entonces todo se confabula para ayudarte a ser feliz. La visión completa se resume en que por ahora no puedes evitar la bajada que implica cada subida, la sombra que presupone toda luz. Mientras tanto no puedas detener el girar de esta rueda que sube y baja, atraviesa sin evitarlos tanto los momentos de claridad como los momentos de dificultad —aunque siempre intentando comprenderlos y resolverlos para traer la felicidad a tu vida y a la de tu pareja.

El budismo tántrico —camino espiritual del Tíbet que usa el sexo como vehículo de realización— también tiene una visión muy interesante acerca de este tema. La profesora Miranda Shaw —estudiosa y practicante del budismo tántrico— nos lo comenta así: "Uno de los propósitos de los yogas sexuales es concentrar las energías en el área abdominal del cuerpo, que es el asiento de fuego interno que los tántricos buscan encender e inflamar. A través de la práctica de la unión sexual, la atención se concentra en esa área que está varias pulgadas debajo del ombligo, en la región donde se originan las sensaciones sexuales. Sin embargo, a diferencia de la sexualidad ordinaria, donde los participantes simplemente dejan que el placer tome su curso, los tántricos concentran su energía y su mente en este punto y lo usan para despertar ese fuego interno. Cuando ese fuego se enciende y empieza a quemar con gran resplandor, hay varias meditaciones que pueden hacerse para refinar las energías en el corazón. Una de ellas es dirigir la energía ascendente hasta dentro del corazón y, debido a la cantidad de energía involucrada mientras va pasando por su interior, ésta naturalmente desata un nudo, como ellos dicen, y destruye los residuos. Sin embargo, cuando los residuos están siendo liberados, a veces se tiene una sensación experiencial de la emoción que se está liberando a medida que aflora a la conciencia. A veces si es un odio o un miedo lo que sale a la superficie, por ejemplo, se experimenta activamente la emoción mientras se libera. Se precisa mucha conciencia para poder procesar las emociones que están surgiendo del pasado y soltarlas mientras surgen, en lugar de  proyectarlas dentro de la situación presente". ("Everything You Always Wanted to Know About Tantra… but Were Afraid to Ask", entrevista concedida por Miranda Shaw a la revista What Is Enlightenment.)


El hecho de que la felicidad alcanzada despierte la infelicidad remanente para que sea resuelta —no sólo durante el sexo sino también durante la vida cotidiana—, es un fenómeno típico de los caminos de conocimiento —especialmente de los que utilizan el sexo como vehículo—, y resulta una dificultad tan fuerte y poderosa, que es capaz de desanimar a algunos y hacerlos abandonar el intento de liberarse, a pesar del gran gozo que implica caminar un camino sexual como éste. Los tántricos llaman anandaal estado de felicidad pura resultante de esta liberación mediante el poder del sexo —la cual no se alcanza permanentemente de una vez, sino progresando en el placer sexual y resolviendo todos los desafíos que eso va planteando. Realmente es un camino tan delicioso como trabajoso. Como hemos dicho en otras partes de este sitio, ananda significa "éxtasis", pero un tipo de éxtasis muy concreto: el que resulta del más puro placer sexual. La felicidad real se alcanza cuando se logra vivir permanentemente en el placer orgásmico, constantemente eliminando de tu interior todo lo que te lo impida. Si eso significa "incinerar" tus problemas en el fuego del placer sexual, mejor que mejor.


Hasta tus defectos más viejos —los que aparentemente estaban superados, pero que en realidad sólo están olvidados— pueden y deben desempolvarse y emerger dentro de ti para ser liberados. Ésta es la verdadera liberación: la que lo libera todo realmente —pues lo otro es sólo mantener oculto lo que llevamos dentro. El placer sexual profundo no deja nada oculto: el gozo sexual te abre todo por dentro: todo emerge para irse —si lo dejas irse. Todo lo que alguna vez fuiste y te impidió ser feliz, está dentro de ti, ahora subliminalmente impidiéndote la felicidad. A veces ni siquiera te das cuenta de que no eres feliz ni pleno: tu infelicidad se ha convertido en ti mismo, y la has asumido como centro de tu vivir. Ahora, todo lo que provoca infelicidad emergerá, para irse: es su camino natural.

Por supuesto, nadie quiere que la bella felicidad que le nace de pronto se convierta nuevamente en infelicidad. Pero no es cuestión de querer: el proceso es así: sólo eso lleva a la felicidad real, y quien elija no entrar a resolver la infelicidad que lleva dentro —haciendo la vista gorda para aferrarse sólo a la precaria felicidad—, verá como más temprano que tarde su naciente felicidad se hace estéril, se queda sin sustancia, sin raíz, se ha irreal, aparente, y finalmente desaperece. Sólo resolver la infelicidad hace real la felicidad; sólo resolver el desamor hace real el amor.


Por paradójico que parezca, es natural lo que ocurre con los impedimentos para ser feliz que se despiertan precisamente cuando ya lo estabas siendo. Es el límite que aparece para que lo cruces y vayas todavía más allá. Es lo mismo que ocurre cuando, por ejemplo, vas a limpiar una casa que ha estado cerrada sin limpiar durante mucho tiempo: cuando te decides a limpiarla, la suciedad se ha acumulado tanto, que debes trabajar —a veces duro— para lograr tu propósito de disfrutarla limpia. Esto significa que cuando decides ser feliz —y además te decides a actuar para lograrlo, que no es lo mismo— entonces debes enfrentar y resolver la infelicidad que ya se ha acumulado dentro de ti hasta antes del momento de decidir purificarte, lo cual implica romper la inercia de los hábitos humanos de infelicidad —que no son pocos— y tus propios hábitos de infelicidad —comenzando por los malos hábitos sexuales, y terminando por los malos hábitos de la vida cotidiana— que siempre intentarán actuar como impedimento de que logres tu propósito. Es el precio que debes pagar para ser realmente feliz.

Algunas religiones han substancializado —de muy diversas maneras— este impedimento para la felicidad o la libertad, es decir, han convertido ese impedimento en un ente enemigo que te impide realizarte, y que impide que la raza humana en su totalidad sea feliz. Algunos lo ven como algo innecesario y despreciable, y otros lo ven como los preciados obstáculos que hay que superar para poder evolucionar: consideran a los impedimentos como aliados más que como enemigos. Pero de cualquier modo, sea un ente o no, sea enemigo o aliado, la cuestión es la misma: vencer lo que te impide ser feliz, siguiendo el camino de la perseverancia, la comprensión y la transformación interior. El motor impulsor más poderoso para toda esta transformación, es cambiar profundamente el acto sexual —para lo cual puedes servirte de toda la información publicada en este sitio.


La solución básica en este nivel profundo de tu camino —el nivel en que la felicidad por momentos parece imposible, y sin embargo por momentos es completamente real—, es seguir y seguir intentando la felicidad, con un empeño inquebrantable, incansable incluso hasta más allá de lo humanamente posible o "normal". La mayoría de los maestros espirituales recomiendan lo siguiente: no importa cuán imposible aparente ser a veces lograr la felicidad, sigue intentándolo con todo empeño, sin detenerte a escuchar lo que dentro de ti quiere sentirse derrotado o fatigado —es decir, sin prestar atención a sentimientos de autocompasión, sin tomar en cuenta tu propio juicio negativo o pusilánime sobre el proceso de transformación que estás viviendo, o sobre los estados negativos transitorios en los que por instantes te puedas sentir. Ninguna dificultad dura demasiado si continúas yendo hacia tu propósito de ser feliz; en el próximo instante el gozo y el bienestar regresarán como nuevos, o quizás llenándote aún más profundamente gracias a la purificación que estás provocando en ti. La fórmula mágica para lograrlo en realidad es simple y deliciosa, aunque trabajosa. Es ésta: impulsado por el gozo sexual, vence siempre tus propios límites, y siempre saldrás una y otra vez desde el tupido bosque de la infelicidad, hasta la serena y gozosa playa de la felicidad real.